Recuerdo cuando entramos en tu casa porque te habías olvidado las llaves, y yo fui contigo. Saliste corriendo por la puerta del salón, me cogiste la mano y salimos de tu casa, estabas furioso, dolido, pero también lleno de dolor. Sabias lo que estaba pasando. Y yo también lo comprendí cuando vi a tu madre detrás de ti intentando que no te fueras, pero lo hiciste. Te fuiste conmigo. y cuando paraste el coche en el arcén de la carretera y me lo contaste, no supe que hacer, ni tampoco que decir. Pero lo intenté. Estuve contigo durante los que tu me dijiste que fueron los tres meses más difíciles de toda tu vida. No te deje ni por un momento. No te abandoné. Mientras que tú... te obligaron a marcharte, y con el hecho de que tu te fueras, la consecuencia de tener que dejar lo nuestro, no que teníamos.
La verdad es que la culpa no fue nuestra,ni tuya, por mucho que lo pensaras. Sino que fue de la persona que te hizo pasar por todo eso,la que hizo lo que hizo, y por mucho que te duela sabes que es ella, la misma que te trajo al mundo, la misma que te cuidaba cuando estabas enfermo, la que te reñía y te castigaba cuando te portabas mal, pero también la que te consentía y te hacia regalos cuando la ayudabas.
Puede que ahora te duela el estar lejos , pero la realidad es que con el tiempo todo pasa, y por mucho que duela, es así.
Solo te pido un cosa, quizás la más difícil de todas. Quizá la que no entiendas nunca, pero voy a intentarlo.
Déjame ser tu ángel de la guarda, tu amiga, tu mejor amiga, para seguir apoyándote siempre. Como cuando estábamos tan unidos.
Siempre estaré contigo, a tu lado.

No hay comentarios:
Publicar un comentario